LACANDONES… MISTERIO MAYA…

El término “Lacandones” hace referencia a todos los indígenas rebeldes que habitaban la selva durante el periodo colonial. Sin embargo, también se ha propuesto que originalmente se refería a un grupo específico hablante de lengua chortí, que habitaba una pequeña isla situada en el río Lacantún en el extremo sur de la selva.

Los Lacandones habitan en la zona conocida como Selva Lacandona, que está situada en la región este-noroeste del estado de Chiapas. Sus límites son: al este los ríos Usumacinta y Salinas; al sur, la frontera internacional con Guatemala; al norte, la vía férrea del sureste; al noroeste, la carretera Ocosingo-Palenque; y al suroeste, la costa altitudinal de 1200 metros sobre el nivel del mar. La vegetación característica es de bosque tropical en el norte y de selva baja en el sur, lo que proporciona al área árboles de gran tamaño, como cedro y caoba, así como diversos tipos de palmas. En las zonas más altas se puede encontrar bosques de pinos y coníferas.

La selva representa para los Lacandones una fuente importante de recursos naturales que con un aprovechamiento íntegro y equilibrado del medio, pueden satisfacer cada uno de sus necesidades materiales de una manera sostenible. El patrón tradicional de subsistencia se basa en el uso múltiple de la tierra en la que se aprovechan varias zonas ecológicas o “ecozonas”; esto hace referencia a la milpa, la selva, el acahual y las zonas acuáticas y semiacuáticas como ríos, lagos y pantanos. Algunas de estas zonas están sujetas a un manejo intensivo, mientras que otras son solo protegidas para conservar su estado natural. Aunque la agricultura se basa en el sistema de rosa, tumba y quema, cuenta con una gran ventaja gracias a las características del suelo que posibilita el cultivo de una gran diversidad de frutos y tubérculos dentro de la milpa, aparte del maíz y frijol; además de aportar una mayor cantidad de nutrientes, evita la erosión causada por sistemas de monocultivo.

Otra medida que ayuda a evitar el agotamiento de la fertilidad del suelo consiste en la alternancia del área de cultivo, que se basa en periodos de 1 a 5 años, de acuerdo con diversos factores. Lo importante de esta medida es el hecho de que la milpa en descanso es transformado en huerto donde se siembra gran variedad de árboles y plantas cuyo crecimiento permite la gradual regeneración del bosque y dando paso a la regeneración y favorecimiento del desarrollo de plantas silvestres que crecen bajo la protección de las primeras. El acahual representa también una importante reserva alimenticia, ya que al convertirse en zona de transición entre la selva y los campos agrícolas pasa a ser área de pastoreo para algunos animales.

La selva constituye una amplia variedad de recursos relacionados con la caza-recolección y posibilita la combinación de diversas actividades económicas que expresan complementariedad ecológica. Los asentamientos son invariablemente erigidos en las cercanías de lagos, ríos y arroyos, que también constituyen una fuente de recursos, no sólo alimenticios. Por su aportación de nutrientes para el suelo en donde las aguas se estancan, son también un apoyo importante para el desarrollo de la milpa y el acahual. Además, la gran diversidad de fauna que frecuenta o habita en estas zonas (como aves, reptiles, peces y moluscos) incrementa su valor nutritivo, debido a la capacidad con que cuentan para concentrar los nutrientes del agua. Los Lacandones son una importante etnia representativa tanto para el estado de Chiapas como para la nación.

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